español abajo
I missed my guys! I just had to see them in Santiago! Since we spoke almost daily, I calculated more or less when they would get there. I was able rearrange my work schedule and without telling them, I got to Santiago the evening before they did. I booked a hostel online before leaving, and as I was checking in, a door opens and it was AJ from Korea!!!!! Of all the places to stay in the city, we end up in the same hostel! The magic of the Camino continues...!
I spoke to Iñaki later and he said he'd call when they were at the cathedral the next day. It would probably be around 11am, 4am my time. I said there would be no problem, as I start work at 4am and would be awake. Little did he know, I was 25km/15 miles away!
The next day, Jacques arrived around 11:15, and when he saw me, his eyes got so big and round! He couldn't believe it! The square filled with pilgrims and tour groups and we had trouble seeing through the crowds, but Jacques said the others were close behind him. Finally, at 11:45, I called Iñaki, and he said that he was in the middle of the square looking after the backpacks so Willem and Scott could go into the cathedral. I saw him then, and as I was walking up to him, he nearly dropped the phone! The look on his face was priceless! "I can't believe you did this!" I got the same reaction from Scott and Willem. We were all laughing and flipping out. I was introduced to Esteban and several others as the "famous Karina," who was on the phone with them everyday. Not with them, but with them. It was so emotional for everyone! They had walked the Camino - 810km/485miles in about 25 days. After a lot of pain, heat, rain, emotions, fatigue, laughter, blisters, shots of aguardiente, and everything in between, they had done it! I was so proud of them and so happy to share the end with them, as I had shared the beginning.
We ate a great lunch at Casa Manolo with my friend Sabela. They convinced her to come along with us to Finisterre/Fisterra, literally "the ends of the earth." Many pilgrims walk the three days to this tiny town that overlooks the north Atlantic, but we didn't have enough time, so we rented two cars and set off: Willem, Scott, Sabela, and I in one car; Iñaki, Esteban, Simon, Sandro, and Miguel "Machine" in the other. It was a beautiful drive and we stopped briefly in Negreira to take some pictures of a gorgeous little village. Once in Finisterre, we stripped down to our underwear and jumped into the sea! It was freezing! But glorious! Then we went up to the lighthouse where the guys burned some of their clothes, which is another pilgrim tradition. We sat on the rocks a good while and waved to North America on the other side. The sunset was stunning and there was nowhere on earth that I wanted to be.
That night, we had a fabulous dinner of clams, scallops, and lobster paella, with some fantastic Spanish wines from Rías Baixas and Rioja. We talked to Matthieu, and poured a glass for him and all the other Camino friends who couldn't be with us that night. The food was excellent and there was a lot of laughter and some tears. I was so glad Sabela was with us. I have not been able to explain to people what the Camino does to you, how it gets into your heart, how intensely you bond with others on the road, and how it changes you. She got to see a little bit of that with all of us together and now she's planning her own Camino.
The next day, the painful goodbyes began. We left Esteban, Sandro, and Simon in Fisterra and made our way to the post office in Santiago. Willem and Scott had sent things ahead from the road to take weight out of their packs. Then Iñaki, Scott, and Miguel "Machine" left Willem, Sabela, and I to catch our flight to Madrid. Like last time, we said goodbye quickly, but it hurt just as much as before. Scott was going with Iñaki to San Sebastián for a few days and they were going to drop Miguel off in Asturias on the way. Our flight was late arriving into Madrid, so our goodbye to Willem was short too, since he had to make his flight to Amsterdam. I cried on Sabela's shoulder as we left the airport. Ah, my Camino guys! I missed them already! I miss them still, as I write this several days later. They may be physically far away from me now, but they've carved out a place in my heart that belongs only to them. Love you, guys! Poliki poliki!
¡Les echaba de menos a mis chicos! ¡Tenía que verlos en Santiago! Puesto que hablábamos casi todos los días, calculé más o menos cuándo iban a llegar. Cambié mis turnos del trabajo y sin decirles nada, llegué a Santiago el día antes que ellos. Reservé un albergue antes de irme, y cuando estaba en la recepción, la puerta se abrió y ¡¡¡era AJ de Corea!!! De todos los albergues que hay en la ciudad, ¡nos quedamos en el mismo!
¡La magia del Camino sigue....!
Hablé con Iñaki un poco más tarde y me dijo que me llamaría el día siguente cuando estaban en la catedral. Sería apróximadamente a las 11:00, las 4:00 hora americana. Le dije que no habría ningún problema porque empiezo a trabajar a las 4:00, así que estaría despierta. ¡Poco sabía que yo estaba a 25km de él!
El día siguiente, Jacques llegó a las 11:15 y cuando me vio, ¡sus ojos se ampliaron y se redondearon! ¡No lo creía! La plaza se llenó de peregrinos y grupos de turistas y era difícil ver por la muchadumbre, pero Jacques dijo que los nuestros estaban cerca. Finalmente a las 11:45, le llamé a Iñaki y me dijo que estaba en la plaza vigilando a las mochilas para que Willem y Scott podrían entrar en la catedral. Lo vi entonces y cuando le acerqué, ¡casi se le caía el teléfono! ¡La expresión en su cara no tenía precio! "No me lo puedo creer!" Willem y Scott se reaccionaron en la misma manera. Todos estábamos riéndonos y flipándonos. Me les presentaron a Esteban y algunos otros como "la famosa Karina," quien había estado con ellos en el teléfono todos los días. No con ellos, pero sí con ellos. ¡Fue tan emocionante para todos! Habían caminado el Camino - 810km en apróximadamente 25 días. Después de mucho dolor, calor, lluvia, emociones, cansancio, risas, ampollas, chupitos de orujo y todo lo demás, ¡lo habían hecho! Estaba tan orgullosa de ellos y tan feliz de compartir el fin con ellos, como lo había compartido el comienzo.
Comimos un almuerzo buenísmo en Casa Manolo con mi amiga Sabela. Le convencieron a acompañarnos a Finisterre/Fisterra, literalmente "los fines del mundo." Muchos peregrinos andan los tres días a este pequeño pueblo al lado del Atlántico, pero no teníamos mucho tiempo, así que alquilamos dos coches y nos fuimos: Willem, Scott, Sabela y yo en un coche; Iñaki, Esteban, Simon, Sandro y Miguel "Machine" en el otro. Fue un viaje bonito y paramos brevemente en Negreira para sacar fotos de una aldea preciosa. Una vez en Finisterre, nos desnudamos hasta los calzoncillos y ¡nos tiramos en el mar! ¡Estaba helado pero glorioso! Después, subimos al faro y los chicos quemaron algunos de sus artículos de ropa, que también es otra tradición peregrina. Nos sentamos en las rocas un buen rato y le saludamos a América del Norte que estaba al otro lado del mar. La puesta del sol fue impresionante y no había ningún otro sitio en el mundo donde yo quería estar.
Esa noche, cenamos una cena fabulosa de almejas, vieiras y una paella de langosta, con unos vinos fantásticos de Rías Baixas y Rioja. Hablamos con Matthieu y les echamos un vaso de vino para él y para todos los otros amigos del Camino que no podían estar con nosotros esa noche. La comida era excelente y había muchas risas y algunas lágrimas. Estaba tan feliz que Sabela estuviera con nosotros. No he podido explicarle a la gente lo que te hace el Camino, como te entra en el corazón, como ligas tan intensamente con otra gente y como te cambia. Ella podía ver un poco de eso cuando estábamos juntos y ahora está planenado su propio Camino.
El día siguiente, empezaron las despedidas dolorosas. Dejamos a Esteban, Sandro y Simon en Fisterra y nos fuimos a la oficina de correros en Santiago. Willem y Scott habían mandado algunas cosas para quitar peso de las mochilas. Entonces, Iñaki, Scott y Miguel "Machine" nos dejaron a Willem, Sabela y yo en el aeropuerto para coger nuestro vuelo a Madrid. Como la útlima vez, nos despedimos rápidamente, pero nos dolía tanto como antes. Scott iba con Iñaki para pasar unos días en San Sebastián e iban a dejar Miguel en Asturias. Nuestro vuelo llegó tarde a Madrid, así que nuestra despedida con Willem era corta también porque tenía que coger su vuelo para Amsterdam. Lloré en el hombro de Sabela cuando salimos del aeropuerto. ¡Ay, mis chicos del Camino! ¡Ya les echaba de menos! Sigo echándoles de menos, mientras escribo esto unos días más tarde. Estarán físicamente lejos de mí ahora, pero han esculpido un lugar en mi corazón que les pertenece solo a ellos. ¡Os quiero mucho, chicos! ¡Poliki poliki!
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Iñaki flipped when he saw me!/¡Iñaki se flipó cuando me vio! |
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Iñaki y Jacques |
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Scott, Iñaki, Karina |
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Iñaki, AJ, Scott |
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Finisterre/Fisterra | |
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We jumped right in!/¡Nos tiramos! |
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Lighthouse/Faro | |
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Iñaki, Sabela |
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Willem | |
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Land´s End/Los fines del mundo |
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Burning clothes/Quemando ropa |
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Willem | |
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Sabela, Karina |
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¡Mmmmmmm! | |
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¡¡¡¡Mmmmmmmmmmm!!!! |
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The whole family!/¡Toda la familia! |
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Scott, Karina, Willem |
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At the post office/A la oficina de correos |
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